El Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad señaló, en 2019, que España no dispone de una estrategia para la desinstitucionalización, y solicitó la puesta en marcha de planes de acción para impulsar la vida independiente en su comunidad de todas las personas con discapacidad. Esto mismo podría señalarse para otros grupos de población, como las personas mayores, los niños y niñas en el sistema de protección o las personas sin hogar. La orientación de los servicios hacia los apoyos a la vida en la comunidad implica la necesidad de impulsar un profundo cambio de los modelos, diseños, sistemas de planificación y gestión de los servicios y recursos desarrollados para apoyar a estas personas.
En este contexto, en el ámbito estatal se está trabajando en el desarrollo de una Estrategia Estatal de Desinstitucionalización para una buena vida en comunidad (2024-2030) para promover un proceso de transformación del modelo de cuidados de larga duración y el desarrollo de servicios y apoyos comunitarios, centrados en cada persona, que sustituyan al modelo asistencial e institucional.
En el proceso de diagnóstico de situación se ha realizado un análisis bibliográfico de sobre la desinstitucionalización en los modelos de cuidados con el fin de ofrecer una visión panorámica sobre los principales aprendizajes extraídos de las experiencias internacionales en materia de transición de un modelo de asistencia institucional a uno de base comunitaria.
Para ello, se elaboró este informe de revisión internacional sobre la desinstitucionalización que inicia con una breve contextualización de la desinstitucionalización. A continuación, se señalan algunos conceptos y valores relacionados con la transición de un modelo institucional a uno de base comunitaria. El siguiente apartado ofrece un estado de la cuestión de los procesos de desinstitucionalización tanto en Estados Unidos como en Europa. El grueso del informe lo constituye el análisis de los elementos clave para transitar hacia la desinstitucionalización y la buena vida en la comunidad, aquellos que pueden resultar facilitadores o barreras de la transición a la atención comunitaria. Para finalizar, se recogen una serie de recomendaciones generales.
DEFINICIONES CLAVE
Existe un amplio consenso a la hora de adoptar la definición proporcionada por el Grupo Europeo de Expertos ad hoc sobre la Transición de la Asistencia Institucional a la de Base Comunitaria (en adelante, Grupo Europeo de Expertos). Esta definición evita definir una institución por el número de personas que viven en las instalaciones y se centra, en cambio, en la experiencia de las personas residentes.
Una institución es cualquier tipo de centro residencial en el que:
- Las personas residentes viven aisladas de la comunidad y se ven obligadas a vivir segregadas.
- Las personas residentes no tienen control sobre sus vidas y sus decisiones cotidianas.
- Los requisitos de la organización tienden a primar sobre las necesidades individualizadas de las personas residentes.
Lo que caracteriza a las instituciones no son sólo las condiciones físicas del edificio, sino su cultura institucional, a saber:
- La despersonalización (eliminación de las posesiones personales, las señales y los símbolos de individualidad y humanidad).
- La rigidez en las rutinas (horarios fijos para levantarse, comer y realizar actividades independientemente de las preferencias o las necesidades individuales).
- Un trato en bloque (atendiendo a las personas como miembros de un grupo sin privacidad ni individualidad).
- Distancia social (poniendo de manifiesto las diferencias en el estatus del personal y las personas residentes).
En lo que al proceso de desinstitucionalización se refiere, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos lo describe como:
Proceso que prevé un cambio en las modalidades de vida de las personas, desde los entornos institucionales, y otros entornos segregadores, a un sistema que permite la participación social y en el que los servicios se prestan en la comunidad, de acuerdo con las necesidades, voluntad y las preferencias individuales de las personas, contribuyendo a un desarrollo integral de las personas, especialmente en el caso de la infancia.
UNICEF define, a su vez, la desinstitucionalización como todo el proceso de planificación de una transformación, hacia la reducción en tamaño o el cierre, de las instituciones residenciales a la vez que se establecen otra serie de servicios diversos de cuidados dirigidos a menores de edad, según una orientación a resultados y de acuerdo con sus derechos.
Puedes leer el informe completo aquí